Soy una joven de 16 años, una adolescente llena de sueños y aspiraciones que gracias a Dios me ha regalado unos padres maravillosos que me han formado en valores, siempre me han apoyado y lo mas importante me han aconsejado y me dan buen ejemplo.
Con el pasar del tiempo he aprendido a valorarme y ha quererme a mi misma, esto me ha ayudado para ser una adolescente que aunque este en una estapa de rebeldia se que quiero para mi vida y que no, tengo claro cuales son mis objetivos pues se que para alcanzar el ideal trazado es necesario una mente y una actitud triunfante.